Síntomas y problemas

La primera fase del celo en los perros se denomina proestro y puede durar de entre 7 a 10 días: el primer signo a tener en cuenta para identificar dicha fase es que la vulva de la perra se engrosa. Dicha señal nos va a permitir reconocer mejor el ciclo del celo de nuestra perra. 

Al final del celo las dimensiones de la vulva también vuelven a la normalidad. La esterilización sin embargo provoca distintos cambios. Los principales están relacionados con el estro: ¿cómo cambia el estro en la perra tras la esterilización?  De hecho, hay diversos cambios, tanto de índole física como de comportamiento, que debemos tener en cuenta tras la esterilización. Uno de ellos es que en las perras esterilizadas aún podemos apreciar el engrosamiento de la vulva que mencionamos anteriormente.  

Perras esterilizadas cuya vulva se inflama – motivos

Si hemos decidido esterilizar a nuestra perra debemos saber que esto puede provocar cambios físicos y de comportamiento, que son completamente normales.  En las perras, la extirpación quirúrgica del útero y los ovarios se denomina ovariohisterectomía. Se trata de una intervención quirúrgica que hace que cesen los síntomas que se observan tras el estro, lo que viene a ser prácticamente el celo. Sin embargo, es frecuente que, a pesar de haber sometido a la perra a una ovariohisterectomía, continúe aun mostrando ciertos síntomas relacionados con el celo, como es el engrosamiento de la vulva.  Pero, ¿por qué se les engrosa la vulva a las perras esterilizadas? Esto podría deberse porque algunas partes del tejido ovárico podrían haber quedado dentro de la perra durante la intervención. De hecho, si este tejido sigue siendo funcional, seguirá también secretando hormonas y podremos observar en la perra los signos físicos y de comportamiento relacionados con el celo. Por lo general, dichos signos pueden aparecer a los pocos días tras la cirugía.

Perras esterilizadas cuya vulva se inflama

E incluso después de la esterilización, además del engrosamiento de la vulva podríamos apreciar otros signos: aparición de flujo vaginal o atracción continua de perros machos. El engrosamiento de la vulva en perras esterilizadas también podría ser un síntoma de lo que se conoce como «muñón patológico»: una infección en el útero cuando este no ha sido extraído. Una infección de este tipo podría causar un aumento de la sed y promover el engrosamiento de la vulva, así como un comportamiento anómalo.

Es necesario informar al veterinario de manera adecuada de la tipología y cronología de aparición de los síntomas.