La piel de los perros es un aparato delicado y sirve de puente entre su organismo interno y el pelo. Puede pasar que el perro huela mal, ya sea por motivos fisiológicos o porque padece alguna patología. Veamos si todo esto puede ser un indicador de que algo no funciona.

Razas de perros que huelen mal por naturaleza

Desafortunadamente, hay razas que huelen peor que otras. Aquellos familiarizados con la familia de los Molossers, como el Pitbull inglés o francés, y el Mastín, sabrán que su piel produce mucho sebo para hidratar los pliegues que poseen. En estas arrugas, es muy fácil que se produzca una dermatitis, creando un círculo vicioso del que el perro no puede escapar. Incluso el pastor alemán, por ejemplo, tiene un tipo de olor muy penetrante, que empeora si no se lava con regularidad.

Nuestro perro huele mal, ¿qué debemos hacer?

Cuando el mal olor del perro puede ser un problema

Es normal que el perro huela mal tras bañarlo, incluso después de haberlo secado.  Pero hay momentos en los que el perro huela mal nos puede dejar entrever que el perro padece alguna patología, frecuentemente cutánea.   La dermatitis, inflamación de los folículos pilosos y proliferación de bacterias son las principales causas de un olor anormal y diferente del habitual. La nutrición también juega un papel fundamental, especialmente en los perros ancianos. Si el perro pasea con frecuencia en zonas abiertas se debe prestar atención a los ácaros y posibles parásitos a los que la piel del perro puede reaccionar con una infección.

Posibles remedios para el mal olor del perro

Debemos tener siempre limpio al perro, incluso si no huele. Bañarlo de manera frecuente (en casa o en la peluquería) es la clave para mantener la piel y el pelaje sanos y fuertes, pero solo si empleamos los productos adecuados. Si el mal olor permanece una vez que esté limpio, debemos consultar con un veterinario para descartar ácaros, intolerancias o patologías más graves. Especialmente si un mal olor del pelo viene acompañado de un aliento fuerte o de olores particularmente desagradables que provengan de la zona genital. Esto es casi con toda seguridad un síntoma de infección.