Consejos prácticos previos a la adopción de un cachorro de Husky Siberiano

Te felicitamos si estás pensando en adoptar a un cachorro de Husky Siberiano, ya que se trata de una de las razas de perros más fascinantes, tanto por su apariencia como por su carácter. Igualmente, te ofreceremos algunos consejos para abordar este importante paso de la mejor manera posible.

Conocer a los Husky Siberianos

El primer paso es conocer las particularidades del perro vamos a adquirir: ya sea un cachorro o un adulto, los Husky Siberianos son perros muy activos y con mucha energía que necesitan de muchas atenciones, tiempo y espacio para jugar.  No es ideal tenerlos en un piso. Para ellos, es mucho mejor contar con un espacio más o menos amplio, como un patio o jardín en el que puedan moverse libremente. Si buscas en internet, podrás encontrar mucha información, pero nosotros aconsejamos hablar directamente con algún criador y ver en directo a los cachorros de Husky Siberiano.

Cachorro de Husky Siberiano

Confiar en criadores competentes

De un criador podemos aprender mucho sobre salud, adiestramiento y convivencia con estas maravillosas y juguetonas criaturas. Al mismo tiempo, comenzaremos a hacernos una idea más concreta de qué tipo de cachorro de Husky Siberiano queremos adoptar y cuál queremos que sea su carácter. Debemos asegurarnos de que el cachorro no sea demasiado joven y que se hayan tomado todas las medidas de prevención sanitaria, en especial las primeras vacunas. Debemos optar por un criador que nos inspire confianza, ya que este será nuestro punto de contacto inicial que sabrá aconsejarnos sobre temas tan diversos que irán desde la comida hasta la gestión de nuestra relación.

Los primeros pasos en casa

Una vez que hemos tomado la decisión y nuestro cachorro de Husky Siberiano llega a casa, nos debemos armar de paciencia, como con cualquier otro tipo de cachorro. En especial los primeros días, debemos dedicarle la atención y el tiempo adecuados para educar a nuestro perro.  Por naturaleza, los Husky Siberianos son perros sociables, pero también muy independientes, que respetan solo a aquellos que saben ganárselo. Desde este punto de vista, será esencial adoptar de inmediato un sistema adecuado para premiar y regañar (obviamente sin exagerar) al cachorro con el cual le enseñaremos a comportarse de manera adecuada y hacer que haga las cosas bien, en particular en lo que respecta a la gestión de las necesidades.